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Nieves Pérez Calero

La escuela: un preventivo potencial para la desigualdad de género

La escuela: un preventivo potencial para la desigualdad de género

Un bebé nace en un entorno familiar y/o social. Es una vida que se genera y que se enmarca en unas disposiciones, leyes y costumbres forjadas por cada actor social.

Aunque el primer agente de socialización es la familia, pues es la que transmite los iniciales valores de la existencia, los medios de comunicación y la escuela toman un papel decisivo en la evolución de la sociedad y, en definitiva, en el progreso de los hombres y las mujeres que la integran.   

Nuestra sociedad está construida sobre un sistema cultural patriarcal y androcéntrico que favorece la discriminación por razones de sexo. De ahí la necesidad de hacer un ambiente educativo sin prejuicios y libre de estereotipos sexistas.

Una escuela es uno de los ámbitos fundamentales sobre los que se sustenta el ser individual, ya que ejerce una enorme influencia en la socialización del alumnado.  Los chicos y chicas no sólo aprenden de las ilustraciones que el profesorado les ofrece en sus clases, sino también de sus muchas características personales. Es lo que se llama el Currículum oculto: una de las trascendentales manifestaciones de las transmisiones sexistas.  

Es necesario, por tanto, la formación del profesorado, personal crucial, dinámico, crítico y vigilante de las enseñanzas regladas y contribuyentes de las no regladas. De ellos y de ellas depende proporcionar modelos de relación desde la igualdad y desde el respeto a las diferencias e individualidades de cada persona.

La enseñanza mixta se encuentra lejos de ser igualitaria según las investigaciones efectuadas a mediados de los 80 en España, ya que ésta, se ha construido sobre un paradigma patriarcal que despliega diferentes roles sociales para los niños y para las niñas, reproduciendo así,  un modelo escolar que fomenta la reproducción de patrones sexistas.

 

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