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Nieves Pérez Calero

El periodismo en la economía digital

El ciberperiodismo pasa por caja

Internet, además de ser una red informática y una novedosa herramienta tecnológica, es un medio de comunicación. Aunque, diciendo esto podríamos incurrir en un reduccionismo simplista, pues la red supone, además, un modo de relación entre las personas que, a nivel mundial y a gran velocidad, transporta todo aquello que sea susceptible de ser digitalizado.
Ahora, más que nunca, se hace necesaria una reflexión sobre los nuevos desafíos que afrontan las empresas en la Sociedad de la Información, un tiempo marcado por la incursión de Internet y por los avances en las tecnologías de la Información y las comunicaciones, que afecta de forma directa a la sociedad en su entorno económico, político y social, provocando una transformación en los sectores productivos, incluso en las relaciones entre los individuos, empresas e instituciones.
No cabe duda de que para la humanidad Internet se ha convertido en una revolución económica e industrial. Pero también para el periodismo ha significado una nueva redefinición de esta profesión que no puede hacer otra cosa que caminar al paso de las nuevas tecnologías.
La red nos ofrece un mundo que hasta hace apenas una década era simple ciencia ficción. Nos brinda nuevas alternativas profesionales y modifica muchas reglas del periodismo tradicional. Si antes el periodismo tuvo que amoldarse y buscar nuevos lenguajes para los nuevos medios de radio y televisión que emergían, ahora tiene que sobrevivir y adecuarse a este otro nuevo medio de comunicación.
Los datos lo corroboran, Internet se muestra como un gran negocio periodístico. Una encuesta del SGAE admite que los jóvenes españoles entre 13 y 24 años pasan delante del ordenador 153 minutos al día. Los adultos de entre 25 y 45 años, están frente a él unos 190 y a partir de esa edad se disparan los minutos diarios hasta los 239. Este dato nos advierte de que los medios de comunicación que no permiten interactividad gozan más del gusto de los adultos que de los jóvenes.
Sin embargo, desde las administraciones mediáticas se asegura la falta de beneficios e incluso pérdidas. Y es que no sólo de contenidos vive el ciberperiodismo. La red ofrece muchas posibilidades, pero pasando por una adaptación que permita el aprovechamiento de todas sus ventajas. El futuro de la red es incierto y aún no se sabe exactamente cómo obtener rentabilidad de los medios online. Esto es lo que trae de cabeza a gestores y editores, que invierten a cuenta gotas en sus ediciones digitales.
No es baladí que los costes de los medios tradicionales están basados en unas cuantificaciones de costes de producción, distribución y publicación, que pierden validez en el medio digital. Las habilidades que debe tener y administrar un medio digital son muchas y buena parte de ellas no siguen los patrones del tradicional periodismo. Por lo que la digitalización de los medios convencionales no convierte automáticamente a los periodistas en ciberperiodistas, aunque algunas de las rutinas tradicionales continúan vigentes o son amoldables para el periodismo online.
El periodista de la red tiene claro que ya no trabaja para un medio unidireccional, lineal y de masas. Ahora se enfrenta a la multimedialidad, la hipertextualidad y la interactividad. Y para ello debe desarrollar nuevas técnicas.
La red permite el funcionamiento de medios digitales formados a partir de una micro-redacción que puede estar integrada por una plantilla reducida. Aunque, actualmente y de forma generalizada, las redacciones de los medios tienden a trabajar para varios soportes. Es decir, se busca un periodista todoterreno que sea capaz de preparar una información para televisión, radio, prensa escrita y prensa digital. Eso sí, debe conocer y manejar cada una de las herramientas y el lenguaje específico que requiere cada medio en sí. En definitiva, el ciberperiodista está obligado a adaptarse a las tendencias de la economía digital.
Actualmente, los medios online se encuentran viviendo una paradoja: la bajada de la cuota publicitaria y el éxodo masivo de lectores desde el periódico de papel al digital.
La caída de los ingresos por publicidad ha sido uno de los principales problemas a los que últimamente se han enfrentado tanto los medios online como los offline.
Según un artículo publicado en El País Negocios, por Patricia Fernández, “la inversión en España ha caído un 24,7% hasta septiembre, pero la publicidad en Internet funciona, insisten los expertos. Un 52% de los anunciantes españoles desconoce que existe".
Esta afectación es más punzante en Internet, por lo que se valora la utilización de nuevas estrategias multiplataforma, en la que los anunciantes utilizan diversos soportes publicitarios de una misma empresa, con el fin de traer un aumento de la demanda de publicidad en la web.
Desde el ámbito universitario, Ramón Salaverría, reconocido experto internacional en Internet y director del Laboratorio Multimedia de la Universidad de Navarra, opina que el problema radica en que las empresas editoras no han previsto que sus respectivas ediciones impresas y digitales se conviertan en complementarias, lo que empuja a un “declive paulatino de las ventas”.
Pero, quizá el intríngulis de la cuestión económica digital resida en el empeño de trasvasar el periodismo tradicional a la red. La mayoría de los medios online que se han cerrado hasta ahora, tenían un modelo de negocio que no se alejaba en absoluto del tradicional.
Inicialmente, se pretendió basar el sustento del medio en la publicidad y en la captación de la atención, para después sufragar las pérdidas con el pago de lecturas, fórmula totalmente incompatible con las formas de consumo que ha impulsado la red.
Los intentos de que la red sea rentables para los medios pasan por la alternativa de “domesticar” la información. Una forma errónea de sufragar estas carencias, pues Internet es un medio que nace y se impulsa con unas normas de consumo opuestas a las que se quieren imponer. Y a la vista está. Los usuarios se oponen a pagar por consumir lo que desde un principio se les ha dado gratis. Por otra parte, sólo la séptima parte de la población española tiene acceso directo a la red, por lo que el pago de información no sería la panacea ni para los cibermedios ni para sus homólogos en papel.
El número de consumidores de Internet sigue creciendo en detrimento de los medios de comunicación tradicionales. Los modelos empresariales de la web no están definidos, como tampoco lo están su lenguaje informativo. Algunos medios apuestan por comercializar con su capital intelectual. Pero, el cobro por contenidos de los periódicos online sigue siendo una utopía para la mayoría de ellos. El primer periódico digital que ha probado esta fórmula es El Mundode la Tarde. Su director, Gumersindo Lafuente, opina que toda esta crisis es una cuestión de supervivencia ante unos medios que sienten la “canibalización” de los medios digitales.
Ningún medio puede permitirse no figurar en Internet, puesto que pronto llegará el momento en que esa situación signifique que no existe. El número de usuarios sigue creciendo, pero el producto que demandan es gratuito. Las nuevas fórmulas publicitarias está aún en periodo de investigación. La publicidad en la web se enfrenta a todo tipo de software que evitan la inclusión de ventanas emergentes y todo tipo de anuncios que sobrevengan a través del correo electrónico. A todo esto se le suma la competencia excesiva que sufren dichos cibermedios, lo cual provoca la saturación del mercado.
Son múltiples los problemas que hay que atajar, y sin duda es una dura prueba que salvarán aquello medios con mayor potencial económico y dentro de éstos, los que sepan estar y ser en la red, pues los medios en Internet deben considerarse como un complemento de los tradicionales, más que como una competencia de los mismos.
Existen muchas opiniones al respecto, pero nadie tiene la solución inmediata. Desde el Congreso Nacional de Periodismo digital, que reúne cada año a las personalidades más importantes de la profesión, se ha intentado esclarecer la cuestión. En su tercera convocatoria se ha dado cita a los periódicos gratuitos, los cuales poseen una fórmula de sustento muy parecida al de la red, pues no consiste en cobrar por los contenidos.
Lo cierto es que el periodismo digital está dando sus primeros pasos y se enfrenta a los primeros desafíos. Llegará aún más lejos y ya nos deja entrever que el no estar en la red puede suponer en un futuro próximo el no existir. Y parece que los medios online bajo pago están pero es como si no estuviesen porque casi nadie los consume."