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Nieves Pérez Calero

comunicación empresarial e institucional

La comunicación, un intangible empresarial aún poco valorado

La comunicación, un intangible empresarial aún poco valorado

El concepto de comunicación empresarial ha evolucionado en los últimos años. Ya  día se empieza a tomar conciencia de que la sociedad demanda que las empresas se comuniquen con ella y, por tanto, las entidades han tomado cartas en el asunto y se han puesto manos a la obra con la integración de planes de comunicación que les ayuda a desarrollarse, a perpetuarse y a expandirse.

 

Según los datos de estudios recientes realizados por DIRCOM (Asociación de Directivos de Comunicación) y otras entidades como ADECEC (Asociación Española de Empresas Consultoras en Comunicación y Relaciones Públicas), la situación europea en torno a la comunicación interna y la comunicación social corporativa pasarán a ser un eje con mayor peso dentro de las organizaciones, aunque aún no juega un papel tan importante como en Estados Unidos.

 

La función de la comunicación empresarial e institucional es intangible, compleja y heterogénea. Su éxito depende de su adecuada gestión mediante un departamento o unidad de comunicación y/o un responsable que lleve a cabo y conozca la integración de los factores y las técnicas que conlleva su aplicación, dotándola de los medios y recursos adecuados para cada entidad.  Por ende, debemos considerarla como una política transversal que traspasa toda la empresa.

 

No cabe duda de que la comunicación se erige como uno de los principales pilares de las organizaciones, haciendo indispensable su integración dentro de la estrategia empresarial.

 

El objetivo principal de la misma es apoyar la estrategia empresarial proporcionando conexión e integración entre los objetivos, los planes y las acciones de la dirección, la difusión y la gestión de la imagen y de la información.

 

La comunicación se debe extender a todos los ámbitos de la empresa. No sólo es necesario trabajar la comunicación externa simplificada a través de la publicidad, sino que ésta debe ser extendida a cada área y actividad de la empresa.

 

Atrás quedaron los tiempos en los que las firmas vendían una identidad para crear en el mercado una imagen de marca bajo la responsabilidad casi exclusiva de la publicidad. En la actualidad,  las entidades comunican un concepto para crear en el mercado una imagen global.  Y se sabe que el éxito de una empresa depende menos del esfuerzo publicitario que del enfoque integral de la comunicación estratégica.